A TRAVES DE LA LUZ
Mellen Thomas Benedict es un artista que sobrevivió una experiencia cercana a
la muerte en 1982. Estuvo muerto alrededor de una hora y media y durante ese
tiempo salió de su cuerpo y fue al encuentro de la Luz. Deseoso de conocer los
secretos del Universo, fue llevado a las profundidades remotas de la existencia, e
incluso mas allá, al Vacío energético de la Nada detrás del Big Bang.
En relación con su experiencia cercana a la muerte, el doctor Kenneth Ring ha
dicho: “Su historia es una de las mas impresionantes que me he encontrado en mi
larga historia de investigación sobre estas experiencias”
EL CAMINO A LA MUERTE
En 1982 me morí de cáncer. Mi enfermedad no tenía operación y cualquier tipo
de quimioterapia que pudieran darme me habría convertido en un vegetal. Me
diagnosticaron de seis a ocho meses de vida. En los años setenta yo había sido un
loco de la información y me había desanimado considerablemente acerca de la
crisis nuclear, la ecología, etc.
Puesto que no tenía una base espiritual, comencé a creer que la naturaleza había
cometido un error y que nosotros éramos probablemente un organismo
cancerígeno en el planeta.
No veía posibilidad alguna de que pudiéramos escapar de todos los problemas
que habíamos creado para nosotros mismos y para el planeta. Veía a todos los
seres humanos como un cáncer y eso es de lo que yo enfermé. Eso es lo que me
mató. Tenga cuidado con cual es su percepción del mundo. Puede volverse en su
contra, especialmente si es una percepción negativa. Yo tenía una visión
verdaderamente negativa. Eso es lo que me condujo a la muerte.
Traté todo tipo de métodos curativos alternativos, pero de nada sirvió. Así que
llegué a la conclusión de que esto era algo exclusivamente entre Dios y yo.
Nunca me había enfrentado a Dios antes, o ni siquiera había tenido que ver con
Dios. No estaba metido en ninguna clase de espiritualidad por entonces, pero
empecé a aprender sobre espiritualidad y métodos curativos alternativos.
Me dispuse a leer todo lo que pude sobre el tema porque no quería verme
sorprendido cuando llegara al otro lado. Empecé a leer sobre diferentes
religiones y filosofías. Todas eran muy interesantes y daban esperanza de que
había algo al otro lado.
Por otro lado, como era pintor de vidrieras por cuenta propia en esa época, no
tenía seguro médico de ninguna clase. De manera que mis ahorros desaparecieron
enseguida al costear los análisis y las pruebas médicas. Entonces me vi teniendo
que tratar con la profesión médica sin ningún tipo de seguro. No quise
empobrecer a mi familia por esto, así que decidí llevarlo adelante solo. No sufría
dolor constante, pero sí desmayos.
Así que no me atrevía a conducir y finalmente terminé siendo ayudado por el
voluntariado personal de Hospice*. Fui muy afortunado por tener a este ángel
que soportó la última parte de la enfermedad conmigo. Duré unos dieciocho
meses. Yo no quería tomar muchos calmantes porque quería estar tan consciente
como fuera posible. Después sufrí tanto dolor que solamente tenía dolor en mi
tiempo de consciencia, afortunadamente solamente durante unos pocos días
seguidos.
LA LUZ DE DIOS
Recuerdo haberme despertado una mañana en casa a las 4.30 y supe que mi
muerte se acercaba. Este era el día en que me iba a morir. Así pues llamé a unos
cuantos amigos y me despedí de ellos. Desperté a mi voluntario de Hospice y se
lo dije. Habíamos hecho un acuerdo, ella y yo, de que ella dejaría mi cuerpo
muerto a solas unas seis horas, porque yo había leído que ocurrían toda clase de
cosas maravillosas cuando uno se muere. Después me volví a dormir.
Lo próximo que recuerdo es el comienzo de una típica experiencia cercana a la
muerte. De repente estaba plenamente consciente y me levanté, pero mi cuerpo
estaba en la cama.
Había oscuridad a mi alrededor. Estar fuera de mi cuerpo era algo más real que
la experiencia de mi estado normal. Era tan real que podía ver cada habitación
de la casa, podía ver el tejado de la casa, podía ver los alrededores y también por
debajo de la casa. Había allí un brillo de Luz y me volví hacia la Luz. La Luz
era muy similar a la que otra gente ha descrito en sus experiencias. Era tan
magnífica y tangible que la puedes sentir. Es subyugante, y quieres ir hacia ella
como querrías ir hacia los brazos de una madre o padre ideal. Cuando comencé a
moverme hacia la Luz, sabía intuitivamente que si me iba hacia ella estaría
muerto.
Así pues cuando iba hacia la Luz dije: ” Por favor, espera un momento, espera
un segundo aquí. Quiero pensar en esto; me gustaría hablar contigo antes de
irme.”
Para sorpresa mía toda la experiencia se detuvo en ese punto. Realmente se está
en control de la experiencia personal cercana a la muerte. No vas en un viaje de
montaña rusa. Mi petición fue concedida y pude conversar con la Luz. La Luz
cambiaba a diferentes figuras como Jesús, Buda, Krisna, mandalas, imágenes y
signos arquetípicos.
Le pregunté a la Luz: “¿Qué está pasando aquí?, por favor, revélate para mi.
Quiero conocer la realidad de la situación.” No puedo decir las palabras exactas
porque era una especie de telepatía.
La Luz respondió. La información que recibí fue que tus creencias dan forma al
tipo de respuesta que obtienes delante de la Luz. Si eres budista o católico o
fundamentalista recibes una respuesta de acuerdo con tus propios criterios
religiosos. Tienes la oportunidad de mirarlo y examinarlo, pero la mayoría de la
gente no lo hace. Cuando la Luz se reveló para mí, comprendí que lo que estaba
viendo realmente era la matriz de nuestro Ser Superior.
Lo único que puedo decir es que se volvió una matriz, un mandala de almas, y lo
que vi es que lo que llamamos nuestro Ser Superior en cada uno de nosotros es
una matriz. Es también un conducto hacia la Fuente; cada uno de nosotros
viene directamente, como una experiencia directa, de la Fuente. Todos tenemos
un Ser Superior, o una parte de sobre alma de nuestro ser. Se reveló a mí en su
forma de energía más auténtica. La única forma en que puedo describirlo es que
el ente del Ser Superior es como un conducto. No tenía ese aspecto pero es una
conexión directa con la Fuente que cada uno de nosotros tiene. Estamos
directamente conectados con la Fuente.
Así pues, la Luz estaba mostrándome la matriz del Ser Superior. Y se hizo muy
claro para mí que todos los Seres Superiores están conectados como un único ser,
todos los seres humanos están conectados como un único ser, somos en realidad el
mismo ser, diferentes aspectos del mismo ser. No era privativo de ninguna
religión en particular.
Eso es lo que me estaba transmitiendo. Y ví este mandala de almas humanas. Es
la cosa más hermosa que he visto en mi vida. Entré a verlo y era impresionante.
Era como todo el amor que has deseado tener, y era la clase de amor que cura,
sana y regenera.
Cuando pedí a la Luz que continuara explicándome, comprendí lo que es la
matriz del Ser Superior. Tenemos una red alrededor del planeta donde todos los
Seres Superiores están conectados. Esto es como una gran compañía, un nivel
superior sutil de energía que nos rodea, el nivel espiritual, podríamos decir.
Después, tras un par de minutos, pedí más clarificación. Lo que yo realmente
quería saber es cómo era el universo, y estaba dispuesto a irme en ese preciso
momento. Dije: “Estoy preparado. Llévame”. Entonces la Luz se convirtió en la
cosa más hermosa que he visto en mi vida: un mandala de almas
humanas en este planeta.
A este punto en el que me encontraba llegué con mi visión negativa de lo que ha
sucedido en este planeta. A medida que le pedí a la luz que continuara
aclarándome cosas, vi en este maravilloso mandala cuán hermosos somos todos en
nuestra esencia, en nuestro interior. Somos la creación más hermosa. El alma
humana, la matriz humana que todos juntos formamos, es absolutamente
fantástica, elegante, exótica. No puedo decir cuánto cambió esto mi opinión
sobre los seres humanos en ese instante. Dije: “Oh, Dios mío, yo no sabia cuán
hermosos somos”. En cualquier nivel, alto o bajo, en cualquier forma en la que
estés, eres la creación más hermosa. Estaba sorprendido de ver que no había
maldad en ningún alma humana. Dije: “¿Cómo puede ser esto?”. La respuesta
fue que ningún alma es intrínsecamente mala. Las cosas terribles que le ocurrían
a las personas les podía llevar a hacer cosas terribles, pero sus almas no eran
malas. Lo que todas las personas buscan, lo que las sostiene, es el amor, me dijo
la Luz. Lo que distorsiona a las personas es la falta de amor.
Las revelaciones de la Luz continuaron casi sin parar y después le pregunté:
“¿Quiere esto decir que la raza humana se salvará?”. Entonces, como un sonido
de trompeta con una lluvia de luces ascendentes en espiral, la gran Luz habló
diciendo: “Recuerda esto y no lo olvides nunca: sálvate, redímete y cúrate a ti
mismo. Siempre lo has hecho. Siempre lo harás. Fuiste creado con el poder de
hacerlo desde antes del comienzo del mundo”.
En ese instante me di cuenta de algo más. Me di cuenta de que YA NOS
HEMOS SALVADO, y nos salvamos a nosotros mismos porque fuimos
diseñados para autocorregirnos como el resto del universo de Dios. De esto trata
la segunda venida. Agradecí esta información a la Luz de Dios con todo mi
corazón. Lo mejor que se me pudo ocurrir fueron estas simples palabras de total
agradecimiento: “Oh, querido Dios, querido Universo, querido Gran Ente, amo
mi vida”.
La Luz pareció absorberme incluso más profundamente. Como si estuviera
absorbiéndome completamente. Para mi la Luz del Amor es, hasta el momento
presente, indescriptible.
Entré en una nueva esfera, incluso mas profunda que la última, y comprendí
algo más, mucho más. Era una enorme corriente de Luz, amplia y plena, dentro
del Corazón de la Vida. Pregunté qué era aquello.
La Luz respondió: “Este es el Río de la Vida. Bebe de esta agua nutritiva hasta
satisfacer tu corazón.” Y lo hice. Tomé un gran sorbo y luego otro. ¡Beber de la
Vida misma! Me sentía extasiado.
Entonces la Luz dijo: “Tienes un deseo”. La Luz lo sabía todo sobre mí, todo lo
presente, pasado y futuro. “Si”, susurré.
Pedí ver el resto del Universo, más allá de nuestro sistema solar, más allá de
toda ilusión humana. La Luz me dijo que podía ir con la Corriente. Lo hice, y
fui llevado a través de la Luz al final del túnel. Sentí y oí una serie de
estampidos supersónicos
muy suaves. ¡Qué regocijo!
EL VACIO DE LA NADA
De repente, parecía que me alejaba del planeta, como en una nave, por esta
corriente de Vida. Vi la tierra alejarse. El sistema solar, en todo su esplendor,
pasó como un rayo delante de mí y desapareció. A una velocidad mas rápida que
la luz, pasé volando por el centro de la galaxia absorbiendo más conocimiento a
medida que viajaba. Aprendí que esta galaxia, y todas las del Universo, está
repleta de diferentes clases de VIDA. Vi muchos mundos. La buena noticia es
que no estamos solos en el Universo. A medida que viajaba por esta corriente de
consciencia a través del centro de la galaxia, la corriente se expandió en
impresionantes ondas fracciónales de energía. Los grandes enjambres de galaxias
con toda su sabiduría antigua pasaron por delante.
En un primer momento pensé que me dirigía a alguna parte; que estaba viajando
en realidad. Pero entonces me di cuenta de que, a medida que la corriente se
expandía, mi propia consciencia también se expandía para absorber todo lo que
había en el Universo. Toda la creación pasó por delante de mí. Era una
maravilla inimaginable. Yo estaba como un niño maravillado. ¡Un bebé en el
País de las Maravillas!
Parecía como si todas las creaciones del Universo se elevaran por encima de mí y
desaparecieran en una partícula de luz. Casi inmediatamente, una segunda Luz
apareció.
Venía de todas partes y era muy diferente; una Luz producida por mucho mas
que todas las frecuencias del Universo. Sentí y oí de nuevo varios estampidos
supersónicos aterciopelados. Mi consciencia, mi ser, se estaba expandiendo para
encontrarse con todo el Universo Holográfico y con mucho mas.
Cuando entré en la segunda Luz, me llegó la percepción de que acababa de
trascender la Verdad. Esas son las mejores palabras que tengo para describirlo,
pero intentaré explicarlo. Cuando entré en contacto con la segunda Luz, me
expandí mas allá de la Primera Luz. Me encontré en una profunda quietud, más
allá del silencio. Pude ver o percibir la eternidad, más allá del infinito. Estaba
en el Vacío.
Me encontraba en el periodo anterior a la creación, antes del Big-Bang. Había
cruzado el comienzo del tiempo–la primera Palabra–la primera vibración.
Estaba en el Ojo de la Creación. Me sentía como si estuviera tocando el Rostro
de Dios. No era un sentimiento religioso. Simplemente estaba en completa
comunión con la Vida y la Consciencia Absolutas.
Cuando digo que yo podía ver o percibir la eternidad, quiero decir que pude
experimentar toda la creación generándose a si misma. Sin principio y sin fin.
Eso es un pensamiento expansionador de la mente, ¿no creen? Los científicos
perciben el Big-Bang como un acontecimiento único que creó el Universo. Vi que
el Big Bang es solamente uno del número infinito de Big-Bangs que crean
Universos continua y simultáneamente. Las únicas imágenes que se aproximan
en términos humanos serían aquellas imágenes creadas por los superordenadores
que usan ecuaciones geométricas fracciónales.
Los antiguos sabían de esto. Decían que Dios periódicamente creaba nuevos
Universos al expirar el aire, y hacía desaparecer otros al inspirar el aire. Estas
épocas se llamaban Yugas. La ciencia moderna lo llamó Big Bang. En todo esto
yo estaba con una consciencia clara y plena. Podía ver o percibir todos los Big
Bangs o Yugas creándose y descreándose a si mismos. En un instante entré en
todos ellos simultáneamente. Vi que cada pequeña parte de la creación tiene a su
vez el poder de crear. Esto es muy difícil de explicar. Aún no tengo palabras
para describir esto.
Me llevó años después de volver aquí poder expresar con palabras mi experiencia
en el Vacío. Ahora puedo decir esto, el Vacío es menos que nada y, no obstante,
más que todo lo que existe. El Vacío es cero absoluto, es el caos que da forma a
todas las posibilidades. Es la Consciencia Absoluta; mucho más que incluso la
Inteligencia Universal.
¿Dónde está el Vacío? Yo lo sé. Está dentro y fuera de todo. Usted, ahora,
incluso en esta vida, está siempre dentro y fuera del Vacío simultáneamente. No
tiene que irse a ninguna parte ni morir para llegar allí. El Vacío es el hueco o la
nada que hay en medio de todas las manifestaciones físicas. El ESPACIO entre
los átomos y sus componentes.
La ciencia moderna ha empezado a estudiar este espacio entre todas las cosas. Lo
llaman el punto Cero. Cada vez que intentan medirlo, sus instrumentos se salen
de escala, o se van al infinito, por decirlo de alguna manera. Todavía no tienen
la manera de medir la infinitud con exactitud. Hay más del espacio cero en su
propio cuerpo y en el Universo que cualquier otra cosa.
Lo que los místicos llaman el Vacío no es un vacío. Está lleno de energía, una
clase de energía diferente que ha creado todo lo que somos. Desde el Big-Bang
todo es vibración, desde la primera Palabra, que es la primera vibración. La
expresión bíblica “Yo soy” tiene en realidad un signo de interrogación al final.
“Yo soy- ¿Qué soy yo?”.
Así pues la creación es Dios explorando su Ser a través de cada camino
imaginable, en una exploración fluida e infinita por medio de cada uno de
nosotros. A través de cada pelo de nuestras cabezas, de cada hoja de un árbol, de
cada átomo, Dios está explorando su Ser, el gran “Yo soy”. Empecé a ver que
cada cosa que existe es el Ser, literalmente, tu Ser, mi Ser. Todo es el gran Ser.
Esa es la razón por la cual Dios sabe incluso cuando una hoja cae. Eso es posible
porque donde quiera que estés, ahí es el centro del Universo. Donde quiera que
un átomo esté, ese es el centro del universo.
Dios está ahí y en el Vacío.
Cuando estaba explorando el Vacío y todas las creaciones, me encontraba
completamente fuera del tiempo y del espacio como lo conocemos. En este estado
expansivo descubrí que la creación es la Consciencia Pura y Absoluta o Dios
adentrándose en la Experiencia de la Vida tal como la conocemos. El Vacío en si
mismo está desprovisto de experiencia. Es lo anterior a la vida. Antes de la
primera vibración. Dios es mucho más que la Vida y la Muerte. Por eso hay
incluso más que la Vida y la Muerte que experimentar en el Universo.
Yo estaba en el Vacío y era consciente de todo lo que se había creado. Era como
estar mirando por los ojos de Dios. Me había convertido en Dios. De repente ya
no era yo. Lo único que puedo decir es que miraba por los ojos de Dios. Y supe de
repente por qué cada átomo existía, y pude entenderlo todo. Lo interesante de
esto fue que entré en el Vacío y volví de él con el conocimiento de que Dios no
está allí. Dios está aquí. De eso es de lo que todo esto trata.
Esa continua búsqueda del ser humano de ir a encontrar a Dios por ahí…..Dios
nos lo dio todo, todo está aquí, aquí es donde está. Y ahora estamos en la
exploración de Dios de Sí Mismo a través nuestro. La gente está tan ocupada
intentando ser Dios, que deberían darse cuenta de que ya somos Dios, y de que
Dios está convirtiéndose en nosotros. De eso se trata realmente.
Cuando me di cuenta de esto, había terminado mi deseo de estar en el Vacío y
quería regresar a esta creación. Parecía lo natural. Entonces regresé a través de
la segunda Luz o del Big-Bang, oyendo varios zumbidos aterciopelados más.
Viajé de vuelta por la corriente de la consciencia a través de toda la creación y
¡qué viaje fue! Los grandes grupos de galaxias fluían por mi con más
información incluso.
Pasé por el centro de nuestra galaxia, que es un agujero negro. Los agujeros
negros son grandes procesadores o recicladores del Universo. ¿Saben lo que hay
al otro lado de un agujero negro? Nosotros, nuestra galaxia; la cual ha sido
reprocesada de otro Universo.
En su configuración total de energía, la galaxia parecía una fantástica ciudad
de luces. Toda la energía a este lado del Big Bang es luz. Cada sub-átomo,
átomo, estrella, planeta, incluso la misma consciencia, está hecha de luz y tiene
una
frecuencia y/o partícula. La luz es algo vivo. Todo está hecho de luz, incluso las
piedras. Por lo tanto todo está vivo. Todo está hecho de la Luz de Dios; todo es
inteligente.
LA LUZ DEL AMOR
A medida que viajaba por la corriente, pude ver finalmente una gran Luz que se
acercaba. Sabía que era la Primera Luz. El Ser Superior de la Luz Matriz de
nuestro sistema solar. Entonces todo el sistema solar apareció en la Luz
acompañado de uno de esos estampidos de terciopelo. Vi que el sistema solar en
el que vivimos es nuestro cuerpo local más grande. Y nosotros somos mucho más
grandes de lo que imaginamos. Vi que el sistema solar es nuestro cuerpo. Yo soy
una parte de esto, y la tierra es este gran ser creado que somos, y nosotros somos
la parte que sabe que existe. Pero solamente somos esa parte, no lo somos todo,
solamente la parte que sabe que es.
Pude ver toda la energía que este sistema solar genera, y es un espectáculo de luz
increíble! Pude oír la Música de las Esferas. Nuestro sistema solar, como todos
los cuerpos celestiales, genera una matriz especial de luz, sonido y energías
vibratorias.
Las civilizaciones avanzadas de otros sistemas de estrellas pueden localizar la
vida como la conocemos en el universo por la marca vibratoria o matriz de
energía. Es como un juego de niños. El Maravillado Niño de la Tierra (los seres
humanos) produce una abundancia de sonido ahora, como niños jugando en el
patio del universo.
Viajé por la corriente directamente al centro de la Luz. Me sentí abrazado por
la Luz cuando me inspiró de nuevo, seguido de otro suave zumbido.
Yo estaba en esta gran Luz de Amor con la corriente de la vida fluyendo por mí.
Tengo que decir de nuevo que era la Luz más amorosa y menos enjuiciadora que
pueda existir.
Es el padre/madre ideal para este niño maravillado.
“¿Y ahora qué?” me pregunté.
La Luz me explicó que no existe la muerte; somos seres inmortales. Hemos
estado vivos desde siempre. Comprendí que somos parte de un sistema de vida
natural que se recicla ininterrumpidamente.
Nunca me dijeron que tenía que volver. Supe que volvería. Era lo natural,
después de lo ue había visto.
No sé cuanto tiempo estuve con la Luz, en términos humanos. Pero llegó un
momento en que me di cuenta de que todas mis preguntas habían sido
respondidas y mi regreso se acercaba. Y quiero decir eso, que todas mis preguntas
fueron respondidas en el otro lado. Todas mis preguntas han sido respondidas.
Cada ser humano tiene una vida diferente y un conjunto de preguntas que
explorar. Algunas de nuestras preguntas son universales, pero cada uno de
nosotros está explorando esto que llamamos Vida de manera personal y única. Lo
mismo está haciendo toda forma de vida, desde las montañas a cada
hoja en cada árbol. Y esto es muy importante para el resto de nosotros en este
Universo. Porque todo contribuye al Gran cuadro, la plenitud de la Vida. Somos
literalmente Dios explorando el Ser de Dios en una Danza infinita de Vida. La
unicidad
de cada uno de nosotros intensifica toda la Vida.
EL REGRESO A LA TIERRA
Cuando comencé mi regreso al ciclo de la vida, nunca me pasó por la mente, ni
me dijeron, que iba a regresar al mismo cuerpo que tenía antes. En realidad no
importaba.
Confiaba plenamente en la Luz y en el proceso de la Vida. Cuando la corriente
se fusionó con la gran Luz, pedí no olvidar las revelaciones y los sentimientos
sobre lo que había aprendido en el otro lado. Obtuve un “Sí”. Sonó como un beso
en mi alma.
Entonces de nuevo fui traído de vuelta a través de la Luz al espacio vibratorio.
El proceso a la inversa, con mas información aún. Regresé a casa con
información sobre la reencarnación. Me dieron respuestas a todas esas pequeñas
preguntas que yo tenía:
“¿Cómo funciona esto?, “¿Cómo funciona aquello”?. Sabía que me reencarnaría.
La tierra es un gran procesador de energía y la consciencia individual
evoluciona por eso en cada uno de nosotros.
Pensé en mí como ser humano por primera vez, y fui feliz de serlo. Por lo que he
visto, sería feliz de ser un átomo en este universo. Un átomo. Así pues, ser la
parte humana de Dios….. es la más maravillosa de las bendiciones. Es una
bendición que va mucho mas allá de nuestra mayor valoración de lo que una
bendición pueda ser. Para cada uno de nosotros ser la parte humana de esta
experiencia es increíble y magnífico. Cada uno de nosotros, no importa donde
estemos, tarados o no, es una bendición para el planeta, donde quiera que
estemos.
Así pues pasé por el proceso de reencarnación esperando ser un bebé en algún
lugar. Pero aprendí una lección sobre cómo la identidad y la consciencia
individual evolucionan. Y me reencarné de nuevo en este cuerpo. Estaba tan
sorprendido cuando abrí los ojos. No se por qué, porque lo entendía bien, pero
era tal la sorpresa de estar de vuelta en este cuerpo, en mi habitación, con
alguien mirándome sin parar de llorar.
Era mi voluntario del hospice. Se había resignado a mi muerte una hora y media
después de encontrarme muerto. Estaba segura de que estaba muerto. Todos los
signos de la muerte estaban presentes- me estaba poniendo rígido.
No sabemos cuanto tiempo estuve muerto, pero sí sabemos que pasó una hora y
media desde que me encontró muerto. Ella respetó tanto tiempo como pudo mi
deseo de dejar solo mi cuerpo recién muerto durante unas horas. Teníamos un
estetoscopio amplificado y diferentes formas de examinar las funciones vitales
del cuerpo para ver lo que estaba ocurriendo. Ella puede verificar que yo estaba
realmente muerto. No fue una experiencia cercana a la muerte. Experimenté la
muerte misma al menos durante una hora y media.
Ella me encontró muerto y probó con el estetoscopio, la presión sanguínea y el
monitor para las pulsaciones del corazón durante hora y media. Después me
desperté y vi la luz fuera. Intenté levantarme para ir hacia ella, pero me caí de
la cama. Ella oyó un fuerte golpe seco, corrió y me encontró en el suelo.
Cuando me recobré estaba muy sorprendido y muy impresionado por lo que me
había sucedido. Al principio, los recuerdos del viaje que tengo ahora no los tenía.
Me desvanecía de este mundo por un tiempo y no hacía mas que preguntar:
“¿Estoy vivo?”.
Este mundo me parecía más un sueño que aquél. A los tres días ya me sentía
normal otra vez, más despejado, pero diferente a como me había sentido nunca.
Mis recuerdos del viaje me llegaron más tarde. No veía nada malo en ningún ser
humano que había visto en mi vida. Hasta entonces era bastante enjuiciador.
Pensaba que mucha gente vivía tarada, de hecho creía que todo el mundo lo
estaba menos yo. Pero ya me aclaré sobre todo eso.
Unos tres meses más tarde, un amigo me dijo que debía hacerme unas pruebas y
fui a revisarme con el scanner y eso. Realmente me sentía bien, así que me
asustaba el hecho de que me dieran malas noticias. Recuerdo al médico de la
clínica mirando las pruebas de antes y de después, y diciendo: “Bueno, aquí no
hay nada ahora”. Yo dije: “¿de verdad?, debe ser un milagro”. El dijo: “No, estas
cosas ocurren, se llama remisión espontánea.” Se comportó con mucha
naturalidad. Pero ocurrió un milagro, y yo estaba muy impresionado, incluso
aunque nadie más lo estuviera.
LECCIONES QUE APRENDÍ
El misterio de la vida tiene muy poco que ver con la inteligencia. El universo no
es un proceso intelectual en absoluto. La inteligencia ayuda, es magnífica, pero
ahora solamente utilizamos eso, en vez de nuestro corazón y la parte más sabia
de nosotros mismos.
El centro de la tierra es este gran transmisor de energía, como se puede ver en los
dibujos del campo magnético de la tierra. Ese es nuestro ciclo, introduciendo y
extrayendo de nuevo almas reencarnadas. Un signo de que estás alcanzando el
nivel
humano es que empiezas a desarrollar una consciencia individual. Los animales
tienen un alma grupal, y se reencarnan en almas grupales. Un ciervo va a ser un
ciervo siempre.
Pero haber nacido humano, tanto si es deformado o un genio, muestra que se está
en el camino de desarrollar una consciencia individual. Eso es en sí parte de la
consciencia de grupo llamada humanidad.
Vi que las razas eran grupos de personalidad. Naciones como Francia, Alemania
y China tienen cada una su propia personalidad. Las ciudades tienen su
personalidad, sus almas de grupo local que atraen a determinada gente. Las
familias tienen almas de grupo. La identidad individual está evolucionando
como ramas de una fracción, el alma del grupo explora nuestra individualidad.
Las diferentes preguntas que cada uno de nosotros tiene son muy muy
importantes. Así es cómo Dios está explorando el Ser de Dios- a través de ti. Así
pues, haz tus preguntas, realiza tu búsqueda. Encontrarás tu Ser y encontrarás
a Dios en ese Ser, porque solamente existe el Ser.
Más que eso, empecé a ver que cada uno de nosotros es un compañero de alma.
Somos parte de la misma alma dividiéndose en muchas direcciones creativas, pero
aún la misma. Ahora miro a cualquier ser humano que veo y veo a un compañero
de alma, mi compañero de alma, el que siempre he estado buscando. Más allá de
eso, el mejor compañero de alma que tendrás eres tú mismo.
Somos ambas cosas, masculino y femenino. Experimentamos esto en el útero
materno y también en los estados de reencarnación. Si estás buscando ese
definitivo compañero de alma fuera de ti mismo, puede que nunca lo encuentres;
no está ahí. Lo mismo que Dios no está “ahí”, Dios está aquí. No busques a Dios
“por ahí”. Búscalo aquí. Busca a través de tu Ser. Empieza a tener la más
intensa relación de amor de tu vida—con tu propio Ser. Amarás todas las cosas
a partir de eso.
Descendí a lo que se podría llamar el Infierno y fue muy sorprendente. No vi a
Satanás o al diablo. Mi descenso al Infierno fue un descenso a la miseria
humana, la ignorancia, la oscuridad de no saber. Parecía como una eternidad
desgraciada. Pero cada uno de los millones de almas que estaban alrededor mío
tenían una pequeña estrella de luz siempre al alcance. Pero nadie parecía
prestarle atención. Estaban tan entristecidos con su propio pesar, trauma y
desgracia. Pero, después de lo que parecía una eternidad, empecé a llamar a esa
Luz, como un niño pidiendo ayuda a su padre o su madre.
Entonces la Luz se abrió y formó un túnel que vino justo hasta mí y me aisló de
todo ese miedo y dolor. Eso es realmente el Infierno. Por lo tanto lo que nosotros
estamos aprendiendo es a cogernos de la mano, a estar juntos. Las puertas del
infierno están abiertas ahora. Nosotros vamos a juntarnos, cogernos de la mano,
y salir del Infierno juntos. La Luz vino hasta mí y se convirtió en un gran ángel
dorado. Yo dije: “¿Eres el ángel de la muerte? Me dijo que era mi gran alma, la
matriz de mi Ser Superior, una parte de nosotros muy muy antigua. Entonces
fui llevado a la Luz.
Pronto nuestra ciencia cuantificará el espíritu. Los físicos usan colisiones
atómicas para aplastar átomos y ver de qué están hechos. Los desglosaron en
quarks y magia y todo eso. Bien, un día ellos llegarán hasta la pequeña cosa que
hace la unión de todo y ellos tendrán que llamarla… Dios.
Con los colisionantes atómicos ellos no sólo están viendo que está allí sino que
están creando partículas. Gracias a Dios la mayor parte de ellas viven solo
milisegundos y nanosegundos. Estamos comenzando a entender lo que estamos
creando también mientras avanzamos. Mientras veía por siempre, llegué a un
reino en el que hay un punto por el que pasamos todo conocimiento y
comenzamos creando el próximo fractal. Tenemos ese poder de crear a medida que
exploramos. Y ese es Dios expándiendose a sí mismo a través nuestro.
Desde mi regreso he experimentado la Luz espontáneamente, y he aprendido
cómo llegar a ese espacio casi en cualquier momento durante la meditación. Cada
uno de vosotros puede hacerlo también. No te tienes que morir para hacerlo.
Está dentro de tu equipación.
Estás preparado para ello. El cuerpo es el más magnífico ser de Luz que existe.
El cuerpo es un universo de luz increíble. El espíritu no nos impulsa a disolver
este cuerpo. Eso no es lo que está sucediendo. Deja de querer ser Dios. Dios se
esta convirtiendo en ti. Aquí.
La mente es como un niño corriendo por el universo, pidiendo esto y pensando
que creó el mundo. Pero, yo le pregunto a la mente: “¿Qué tuvo tu madre que ver
con esto?”. Ese es el próximo nivel de consciencia espiritual. Ay mi madre! De
repente dejas atrás el ego porque no eres la única alma en el universo.
Una de mis preguntas a la Luz fue: “¿Qué es el Cielo?”, se me mostraron todos
los cielos que han sido creados: los Nirvanas, los campos de la caza feliz, todos
ellos.
Fui a ellos. Son creaciones de forma de pensamiento que hemos creado. No
vamos realmente al cielo. Somos reprocesados.
Luego pregunté a Dios: “¿Cuál es la mejor religión del planeta? ¿Cuál es la
verdadera?”
Dios dijo con gran amor “No me importa” Qué increíble gracia. No importa de
qué religión somos. Las religiones vienen y van, cambian. El Budismo no ha
existido siempre, el catolicismo no ha estado siempre ahí, y todas se van a
iluminar más. Está llegando más luz a todos los sistemas ahora.
Muchos se resistirán y lucharán, una religión contra otra, creyendo que sólo
ellas son las verdaderas. Cuando la Divinidad dijo “No me importa”, entendí que
es a nosotros a quienes nos preocupa…
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